El milagro del comienzo: nacimientos y renacimientos conscientes, libres y humanizados

El milagro del comienzo: nacimientos y renacimientos conscientes, libres y humanizados

Iniciar es siempre motivo de alegría, entusiasmo y al mismo tiempo de miedo, angustia o incertidumbre. Iniciamos un año nuevo, un proyecto, una carrera profesional, una relación, pero quizá nada tan importante como traer una nueva vida al mundo.

La concepción de un hijo, gracias al acceso que tenemos a la anticoncepción, es ahora más que nunca una cuestión de elección y menos un fenómeno accidental. Así que un embarazo como un hecho fisiológico y humano, es también una decisión en la que intervienen aspectos emocionales, conveniencias socio-economicas, aspectos espirituales: Dice Deepak Chopra que,

Cuando invitamos a un alma a la vida al concebir un bebé aceptamos el encargo sagrado de amar y nutrir un impulso divino que se manifiesta a través de lo humano.

Yo estoy de acuerdo y hemos llegado a considerar la creación de la vida como un milagro por sí mismo, que incluso la ciencia con todo y los grandes avances de las nuevas técnicas de reproducción asistida, no han podido igualar.
Nuestros sabios antepasados lo sabían desde tiempos inmemorables. Del periodo de la prehistoria, se han encontrado estatuillas de mujeres con grandes senos y vulvas expuestas, que sugieren que la sexualidad y la capacidad reproductiva, eran celebradas. Fue “la época de la Diosa Madre”.

Para los griegos el parto era el momento capital de la vida de las mujeres, un acontecimiento colectivo donde Eileita, la diosa partera era invocada para que ayudara antes, durante y después del nacimiento. Hasta la edad media el cuidado y la atención de las mujeres gestantes estaba a cargo de las sanadoras, curanderas y parteras.
Sin embargo, como resultado de importantes cambios políticos, económicos y sociales, en Europa a partir del siglo XVIII, se establecen las bases de la Obstetricia y el nacimiento paso de ser un acto intimo y familíar , protagonizado por la propia madre, a un acto médico- quirúrgico, atendido por un hombre-médico, figura principal que aliviaría a la mujer una vez que sacara al recién nacido.

De modo que hoy en día, muchas mujeres y sus parejas cuando confirman la sospecha de la gestación, consideran que padecen una enfermedad llamada “embarazo” de la cual se “aliviaran” dentro de nueve meses en el hospital. Siendo motivo de angustia, miedo o temor más que de alegría, gusto o tranquilidad.

Quiero recalcar que el beneficio de la tecnología y los avances de la medicina y la obstetricia moderna, es indiscutible. Se han salvado vidas de madres y sus bebés gracias a la aplicación de una intervención médica en el momento justo. El problema ha radicado principalmente en el uso indiscriminado y sin justificación de las mismas. Aunado a una visión desintegradora del ser humano, que en ocasiones se concentra más en resultados de laboratorio, realización de pruebas o exámenes, que en la persona misma, llegando incluso a causar daño, lesión o complicaciones.

Por eso no es sorprendente que México sea un país con una alta tasa de complicaciones materno-fetales, 80% de estas se pudieron haber prevenido y hasta el 90% de los casos de muertes maternas están relacionadas con una mala calidad en la atención.

Tanto la OMS (organización Mundial de la Salud) como las Sociedades Obstetricias internacionales, han tenido que regular la práctica obstétrica en todo el mundo, emitiendo protocolos de manejo regulatorios. En nuestro país uno de los documentos mas importantes son la Norma Oficial Mexicana 007 Para la atención de la mujer durante el embarazo parto y puerperio, y la Guía de Práctica Clínica, que establecen de manera clara y completa las recomendaciones internacionales basadas en la evidencia científica.
Así que estamos cambiando la concepción y el manejo de los embarazos, nacimientos y puerperios.

Retomando una visión holística y más humana, se ha creado una corriente conocida como: Parto Humanizado o Parto Respetado. El principio fundamental es concebir la gestación y el nacimiento como un hecho natural y no como una enfermedad. Que amerita un control prenatal integral para la detección oportuna de complicaciones pero sin olvidar los aspectos emocionales de la mujer y su pareja. Haciendo uso de los recursos médicos y tecnológicos con prontitud, y solo en caso de ser requeridos.

El parto vaginal es considerado como la mejor vía de nacimiento, un proceso humano en el que el cuerpo femenino está perfectamente diseñado, y salvo en contadas ocasiones el nacimiento tiene que ser a través de la cesárea.

De hecho no existe justificación para el alto índice de operaciones que se realizan, a no ser que se trate de ignorancia, comodidad del prestador de salud o por fines lucrativos, más que por una real emergencia obstétrica.

Durante el trabajo de parto se respeta el ritmo natural, aplicando al mínimo intervenciones médicas, y solo para corregir desviaciones del proceso normal que pueden atentar contra la seguridad de la mama o el bebé. La mamá es la protagonista del nacimiento y el apoyo psicológico basada en sus necesidades y las de su pareja, es fundamental para el curso adecuado del nacimiento. Dice Osho:

siempre que nace un niño, no solo nace el niño, también la madre nace, antes era una mujer mediante el nacimiento se convierte en madre

Por lo que se da prioridad a crear un ambiente cálido y de confianza. Protegiendo sus decisiones y sus derechos sexuales y reproductivos dentro de un marco de respeto y confidencialidad.

Al plantear una atención obstétrica holística son muchos los actos médicos obsoletos que deben de quedar en desuso por ejemplo:

Uso de oxitocina sintetica para acelarar el trabajo de parto normal porque puede causar hemorragias o desprendimientos de la placenta.
Realización de Episiotomía. El corte que se utiliza en el periné de la mujer durante la salida del bebé para agrandar el espacio.
Aplicación de analgesia epidural (raquia) a todas las mujeres ya que puede retrasar la salida del bebé e incrementar el riesgo del uso de fórceps.
Mantener a la mujer acostada durante el trabajo de parto o durante la salida del bebé por que aumenta el dolor y el riesgo de desgarros.
Prohibir que la mujer este acompañada durante todo el proceso.
Malos tratos, burlas o indiferencia se considera una violación de los derechos humanos y tienen que ser eliminados del todo.
Separar a la mama y al bebé inmediatamente después del nacimiento.

En cambio las medidas más importantes, que se deben de aplicar siempre por su beneficio comprobado en la mamá y el bebe son:

  • El parto es un hecho natural, cualquier intervención debe estar bien indicada y previo consentimiento de la mamá y la pareja.
  • El apoyo emocional es una prioridad y el acompañamiento de la mujer durante el trabajo de parto por su pareja o una Doula (una persona entrenada para el sostén y contención de la mujer y la pareja antes, durante y después del trabajo de parto). Es un derecho que se debe de respetar en cualquier contexto, incluyendo el hospital.
  • Respetar las creencias de cada mujer y fomentar el uso de medidas no médicas para el manejo del dolor como: técnicas de relajación y respiración, masaje, uso de calor, incluyendo el agua caliente como en el parto en agua, aromaterapia y música, Reiki. Flores de Bach u homeopatía, disciplinas dominadas por muchas Doulas y parteras.
  • El movimiento, la deambulación y la ingesta de una dieta ligera pueden ayudar a manejar el dolor y mejoran la evolución del trabajo de parto.
  • Durante el momento de la salida del bebé o expulsivo se recomendará a la mamá adoptar una posición vertical, semisentada, en cunclillas, en cuatro puntos etc. Favorece la salida del bebé y disminuye el riesgo de desgarros.

Es sumamente importante permitir que el bebé, inmediatamente después de nacido este en contacto piel a piel, con la mamá, mejora la adaptación del recién nacido al ambiente, evitando el llanto y la liberación de hormonas del estrés.

Fomentar la lactancia materna durante la primera hora de vida del recién nacido y por supuesto el alojamiento conjunto de mamá-bebé ya que se refuerza el vínculo materno y paterno y alarga el tiempo de duración de la lactancia que es indispensable para el bienestar físico y emocional del recién nacido.

La llegada de una nueva vida marca un nuevo comienzo, es una promesa de renovación y esperanza.

Dar a luz es un hecho que trasciende los límites de la biología y la medicina, que involucra mas al amor y la sexualidad e inevitablemente apela al Derecho y los aspectos sociales que buscan salvaguardad el bienestar de la mamá y el recién nacido. Parafrasenado otra vez a Deepack chopra cuando dice:

Si nuestro propósito es forjar un mundo sin violencia , debemos de comenzar con amor y cuidados desde el útero.

Valdría la pena volver a revisar la manera en que nacen nuestros hijos y decidir en qué forma queremos que lo sigan haciendo.

si quieremos que, en el futuro, nuestro planeta sea capaz de soportar la vida humana, es necesario –asumir- que la capacidad de amar se desarrolla a través de una larga cadena de experiencias precoces, particularmente en el periodo que rodea al nacimiento. La forma en que nacen lo bebés es el eslabón que se perturba sistemática y ritualmente. Es también el eslabón sobre el que es posible actuar.

Michel Odent.

1 Comment

  • Mayra Posted agosto 17, 2018 8:39 pm

    Me ha encantado este post y nunca antes había leído una opinión como
    esta sobre el tema, genial ! Felicidades

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